Jared, el hombre que quedó suspendido en el universo

En marzo se cumplirán quince años del debut de Jared Borgetti, el máximo anotador de goles de la selección nacional. Sus 46 tantos lo han colocado como un referente de nuestro futbol.
Empezó con el Atlas, se consagró con Santos. Jugó en su tierra con Dorados. Pasó por Pachuca. Lo intentó en la Liga Premier con el Bolton y se enroló con un equipo árabe, el Al-Ittihad, para enriquecer el anecdotario y su cuenta de banco. Lo trajo de vuelta el Cruz Azul. Lo llamó La Volpe al Monterrey y podría cumplir tres lustros jugando para el legendario León, en la Primera A, o con los Tigres, en Primera, o en la MLS de los Estados Unidos. Con estos cuadros ha logrado anotar más de 240 veces. Ya fue campeón de liga y de goleo. Actualmente es el máximo goleador en activo del futbol mexicano. Simplemente por eso, ya ha escrito páginas heroicas en su propia historia.Jared, cabeceador de antología y de manual para delanteros, fue seleccionado nacional por sus grandes dotes. Con un metro y ochenta y cinco centímetros los balones aéreos, siempre dirigidos a su frente, eran goles cantados de una estética impecable. Si las famosas cámaras Phantom, que en realidad suspenden a los hombres y los objetos en el universo, hubieran captado los remates de Borgetti, el arte hubiera llenado la pantalla, en especial aquel gol que le hizo a los italianos en el mundial de Corea Japón 2002. Se quitó la marca más hostil del futbol, la de los italianos y dejó a Paolo Maldini admirando el soberbio cabezazo.Jared tiene 46 goles y sólo ocho de estos los hizo en juegos amistosos. Además, es el segundo mejor anotador del mundo en eliminatorias mundialistas con 23. Ha jugado dos copas del mundo y en la primera división nacional es el cuarto mejor goleador de todos los tiempos.Este especialista del área sigue en activo y aunque el final de su carrera se vislumbra próximo, nunca podremos olvidarlo. Borgetti ha sido un hombre que, en verdad, ha marcado diferencia en la selección mexicana y por eso es uno de nuestros héroes.

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