Héroe


Lo que hizo significó historia pura. Nunca antes México había logrado sumar un punto en copas del mundo. Su gol hizo que la literatura lo eternizara como el Héroe de Solna, aunque él mismo, nunca se asumió como tal. Jaime Belmonte Magdalena nació en la bravísima colonia Morelos, Distrito Federal, el 8 de octubre de 1934 y falleció en Irapuato, Guanajuato, el 21 de enero de 2009, tras padecer cáncer de estómago.
Su pináculo se escribió en la historia, como un elevado acto heroico. Aqueel gol que anotó, al minuto 89, contra el país de Gales, en el mundial de Suecia 1958, significó el empate para México y la obtención del primer punto en un mundial. No existe filmación del instante pero se recuerda que se cobró un tiro de esquina, el Flaco Belmonte saltó y nunca vio el balón. Sintió el impacto del cuero casi con la nuca y no se dio cuenta de que las redes habían sido perturbadas, hasta que le cayeron encima para celebrar.
Este hombre, de bajo perfil, jugó en equipos chicos. Nacho Trelles lo descubrió en el Cuautla, pero su vida la hizo con el Irapuato. Ahí se estableció en 1959 y pasó el resto de sus días, atendiendo un modesto negocio de artículos deportivos, a unas cuadras del viejo estadio Revolución, ya demolido, y casi enfrente del estadio Sergio León Chávez.
Nunca hizo alardes de grandeza. Siempre dijo que él no era un héroe. Que la pelota encontró su cabeza en el viaje y que por eso se desvió, acabando en las redes. Pero los diccionarios dicen que un héroe es una persona que se distingue por haber realizado una hazaña extraordinaria, como la que logró en el estadio de Solna, en Suecia.
Belmonte solamente jugó siete partidos con la selección y anotó dos tantos. Se retiró del futbol y además de su negocio, fue profesor de educación física. Se lloró la muerte del héroe y siempre se clamó, en Irapuato, por un gran homenaje en vida para este hombre. Es un hecho que el estadio fresero podría algún día llamarse “Jaime Belmonte”.

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