Santo Toribio en el infierno

Es un misterio lo que Alfredo Talavera le pidió a SantoToribio Romo, el patrono de Sanata Ana, Jalisco. Mártir de la guerra cristera yespecialista, según sus devotos, en conceder milagros a los migrantes, a losenfermos de cáncer y a las víctimas del secuestro. El caso es que el arquero letiene una fe inquebrantable y siempre se encomienda a él.

Una deshilachada pulsera, que porta en su muñeca izquierda,es su nexo material con el santo. El desgaste coincide, casi siempre, con lavisita que Alfredo hace al santuario de Sanata Ana, cada año. Con esa pulserajugó la final del Bicentenario. Dice que su fe le hizo mover montañas y sivemos con qué mano le detuvo el penal a Fernando Arce, nos podríamos ir por esecamino de sus creencias. Fue con la izquierda.

El reglamento de juego prohíbe que los jugadores portencualquier objeto en muñecas, tobillos, cuello, orejas y demás. Pero la pulserade Santo Toribio se oculta bajo el guante del arquero de La Barca. El domingopasado (18 de marzo de 2012), la poderosa ofensiva de los Rayados del Monterreypuso a prueba la milagrosidad del santo de Talavera. Suazo, de Nigris, Delgado, Reyna. Todos atacaron, sin dar cuartel, mientras el Toluca resguardaba su ventaja mínima. Disparo tras disparo y llegada tras llegadavaticinaban que el empate llegaría por necedad. Pero los balones encontrabanmanos, bulto y postes en su camino a las redes hasta que a Alfredo se ledesabrocharon los botines, tal vez queriendo robarle tiempo al juego, y elárbitro le descubrió el amuleto cuando se quitó los guantes para amarrarse loscordones. La pulsera de Santo Toribio fue cortada, a tijera, por Juanito, elmasajista del equipo. Sí, el empate cayó a los pocos minutos. 

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