Mia

Lo que Michael Jordan hizo con las manos en las duelas de los Estados Unidos, ella lo hizo con los pies, sobre la tersa hierba. La nación de los héroes tiene una heroína que siempre matiza su grandeza ante la premisa básica del futbol, porque éste no es un deporte individualista. Ella dice que el heroísmo de un individuo no puede nunca ensombrecer el orgullo del conjunto. Y asegura que un jugador debe vivir y morir con su equipo.
El futbol mundial se enamoró de Mia Hamm cuando ella y sus compañeras mostraron, en estado puro, el espíritu de un juego que sintetiza todos los hábitos de la humanidad. En un deporte tradicionalmente masculino, se lanzó por la parcela y profanó la meta, celebrando con coraje y orgullo. El propio Rey Pelé dijo en alguna ocasión que estaba agradecido por nunca haberla tenido como rival.
Lio Messi es tres centímetros más alto que ella. Mia nació con los pies torcidos, como el gran Garrincha. La ortopedia y el deporte corrigieron el detalle. Su hermano Garret fue su gran inspiración y cuando él murió, el futbol selló un pacto perpetuo para honrarlo siempre.
A los doce años aprendió a jugarlo, a los 14 descubrió a Maradona, a los quince debutó y a los 19 fue campeona del mundo.
Anotó 158 goles con su selección. Fue medallista olímpica. Y lo que ella y su equipo hicieron, se refleja en que en los Estados Unidos tenga el mayor número de futbolistas mujeres en el mundo.
Mia Hamm hizo lo que tenía que hacer en el campo de juego. Nunca se propuso nada más allá de lo que las 17 reglas le permitían, sin embargo, cada jugada, cada gol, cargaron una causa y una bandera. Principalmente la de la no discriminación, la de la igualdad, y la del respeto.
Entre los  mejores 125 futbolistas de la historia, según la FIFA, sólo hay dos mujeres, una de ellas es Mia, quien, a pesar de no seguir jugando activamente, se ha convertido en la embajadora por excelencia del futbol femenil.
Recordemos que cada que esta mujer celebra, deja su propio listón más alto para volverlo a alcanzar. Por eso tiene el mundo a sus pies.




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